Wednesday, May 24, 2006
Y ahí estaba yo. El pez fuera del agua. Rodeada de un aroma hierval que me bailaba y se pegaba a mi como rogandome atención. Ahí estaba yo...sola, sin dreadlocks ni pañuelos sicodelicos, buscando una cara familiar donde refugiarme. Avanzé un poco, me senté. No sabía nada, ignorante frente a tanta dulzura y paz tricolor multiracial. Escuché... Hablaban del cristianismo etiope ortodoxo. De un hombre llamado Haile Selassie (Ras Tafari Makonnen ). Que fue el primer rey negro, Vaticinado en la profesía de Garvey. De una religión sincrética que mescla los fundamentos políticos de una sociedad africana que lucha por la no discriminación, junto con la creencia de una ascendencia judía. Hablaban de como la raza negra ha logrado a través de los años liberarse de la esclavitud. Y de la constante lucha por vivir en un lugar sin discrimación donde todos podamos amarnos los unos a los otros, sin importar el color. Del león de Judah...de la tierra de Zion. Hablaban un idioma universal, armonioso. Nos traían su cultura caribeña directo de Jamaica. De pronto me encontré a mi misma bailando al son del reegge. Cantando y aplaudiendo. Riendo y jugando a ser uno de ellos. Y fui felíz... Viví por unos minutos el espíritu rastafari que se posó en Aula Magna Uplaniana para traernos unos africanos demasiado viejos, demasiado sabios, unos chilenos pseudo rastas demasiado alucinados, demasiado jóvenes. Para darnos un momento de luz del que nunca pensé que sería parte. Para profesar amor y paz en su forma mas pura y llenar el ambiente de una energía tan limpia que me llegó a arder. No acostumbro a recibir tanta belleza.
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