Thursday, June 07, 2007
Para quienes me conocen, no es sorpresa hoy si les digo que he estado bastante triste últimamente. De bajada, de bajada, directo a la desintegración...nuevamente.
Se donde comenzó mi tristeza, y se que será un dolor que jamás se irá de mí, sólo queda aceptarlo y vivir con eso, se donde acaba exactamente, se que va desde el corazón a la mente y termina por devorarse mi cuerpo. Se que una vez que muero vuelvo a renacer. Conozco mis ciclos mejor que nadie, se bien que cada Otoño es así...
Entrar en detalles sería absurdo, quizás porque las angustias más internas me las reservo hoy para mí... nadie les toma el peso que yo, ni siquiera mis mejores amigos, ni siquiera mi gran amor. Se que a él también le duele verme mal, pero eso no significa que entienda por lo que estoy pasando. Y no lo juzgo, somos personas distintas. No puedo condenarle si sé que siempre trata de ponerse en mis zapatos...que a pesar de todo está aquí.
Pero quienes me conocen saben también que nadie ni nada me borrará la sonrisa ni la alegría de vivir, es parte de ser...el bufón que siempre he sido. Yo no me permito a mi misma estar triste ( no tú, yo, tú sólo quieres verme feliz... ) soy yo quien no se deja arrastrar por la depresión, aunque ella me esté matando.
He pasado por todas las etapas de mi propia angustia. La del llanto exhaustivo y el sueño profundo. La de acercarse a la cornisa y querer saltar, la de dibujitos suicidas, la de la codependencia y la autosuficiencia. Hasta que dejó de dolerme el corazón y comenzó a pesarme la cabeza, y mis pensamientos sicopáticos comenzaron a mutar a misantropía, se me dio vuelta el chakra de la garganta ( mente y corazón no hacen sinapsis, la garganta es el punto medio, tiene relación con la comunicación ) me volví cada vez mas retraída, más solitaria...y más triste.
Pero siempre...siempre desde que tengo memoria. Llega un punto en que ya no existe solución, y al pensar que no hay solución se anula el problema ... o al menos se aplaza hasta que la esta sea posible, no siempre la respuesta es inmediata, las salidas se nos revelan en el momento en que se hace necesario...es en este momento final de la onda depresiva donde nada importa más que las cosas que realmente importan ( aunque sea redundante ) y realmente ahora...UN CARAJO CON SEGUIR TRISTE...tengo el apoyo de la gente que amo, aun tengo el sol a mi favor...y la música.
Es precisamente en este momento donde el otoño deja de serlo...y me doy la licencia de tener mi propio verano. Y tal como la última vez que caí a un hoyo profundo...el año pasado, Santa Esmeralda me hace tibia compañía con su sabroso Cha Cha cha...y me encanta. Me tomo un jugo de naranja bailando por la casa con este frio de mierda pero sintiéndome en la Acapulco con mi dulce dulce Copacabana. Es que a pesar de lo triste que es esa canción, la música grita que nada es tan triste como para echarse a morir. Nada. Sigo viva.
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