sábado, 16 de agosto de 2008

El viento que movió las hojas de mi Otoño

Saturday, November 11, 2006






Cuando la angustia de la profunda desolación se sale del cuerpo de la víctima para nacer nuevamente en expresión artística, no necesita mayores adornos ni parafernalias para tocar la fibra más intima del corazón humano. El verdadero dolor no requiere ecualizador.

Si alguna vez existió un ser capaz de hacer llorar a una guitarra acústica con el sólo rasgueo lánguido de sus largos dedos, de paralizar los sentidos del cuerpo en la caricia de la melodía y caer en los brazos de la inocencia para ser acurrucado dulcemente por ella. Ese era Nick Drake.

Un extraño hombre de un metro noventa y proporciones elficas, que pertenecía a los bosques del cosmos mucho más que a este planeta. Al cual nunca entendió y siempre miró desde el reflejo del brillo de sus zapatos.

Un cadáver en movimiento que respiraba con dificultad. Que probablemente sólo fue enviado a esta tierra a dejarnos su desgarrado legado musical, para luego hundirse en la depresión y dejarse devorar por la muerte.

No le habría conocido si las hojas del otoño no hubiesen golpeado la puerta de mi hermano del alma [[ Diego ]]. Quien lo trajo a mí en un par de acordes que me enmudecieron y se apoderaron de mi inicua soledad. [[ Place to Be ]]

Como dije aquel momento: “Después de Nick Drake, nada podría volver a ser lo mismo”. Sus letras, su dulce voz, su guitarra de carga mortuoria, y las constelaciones alineadas a la conexión del dharma, todo se confabuló en mi favor para despertarme del sedo e intentar volver a nacer...como un ser de luz.

No sabría explicar la empatía que sentí apenas lo oí, es como si hubiese visto un espejo distorsionado de mi alma, pero todo espejo muestra la contraparte de una imagen. Según mi Kin yo soy el sol, Drake era el viento. Su misión era comunicar, “movilizar con la palabra encontrando el sentido espiritual de cada experiencia en la vida”. Y así lo hizo.

El logró movilizarme!! Y se que no sólo a mí.

Ver más sobre Nick Drake aquí: La Luna Rosa

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