lunes, 21 de marzo de 2016

Juventud divino tesoro


Hoy hice un viaje a través del tiempo.
Me topé con escritos de quienes solían ser mis mejores amigos.
Hoy muertos todos, algunos poéticamente, otros no.

¡Qué bellos eran! Y qué bella era yo.
Todos, de algún modo, erráticos, tercos.
Todos genuinos... hermosamente genuinos.

Luego todo fue muy tarde. Cómo para estar yo aquí, ustedes allá.
Todos erráticos quizás...aun, tercos.

Amando, sí, viviendo a concho, como hace una década atrás,
dejando la sangre por ahí por algún amor, por algún sueño, por alguna derrota.

Aferrándose desesperadamente a la última gota de rocío que derrama la juventud.

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