Mirar como un gato en el reflejo de las formas
y acomodar sus piezas hacia una luminosa asimetría
donde el peso de la realidad cabe en un poliedro
El cuerpo se sumerge en una luna de arena
El girar del mandala es ojo negro de la conciencia
figura asogada seducida por el gesto prismático
Los espejos son trampa de la enfermedad del sueño
Al fondo del túnel
un oráculo
dispuesto a ser arrojado como canica hacia la nada
De un sólo zarpazo
un caleidoscopio roto se transforma en boca abierta de oruboros
liberándose de la burla de la eternidad.
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