Tras la sombra de tus pasos
soy el gato más negro
en un callejón nauseabundo
de mi lóbulo frontal
sigo la huella de la desidia
el silencio va lamiendo tus pies
olfatea ese olor a impotencia,
ese olor a ti,
deseo moribundo
que nos ata inconsciente
a un mutismo absoluto
a una despedida prematura
en descomposiciñon lenta
diluyendo tus huesos.
Verte morir en mi
sin poder decir lo que quiero
eso que sale de mi costilla
y se transforma en mujer
deseándote
esperándote
furioso y hombre
como nunca antes
o como alguna vez
cuando tus manos,
como órgano vital
fueron arrancadas de mi cuerpo
desangrándome
desangrándote
convirtiendo
la miel en supuración.
Todo aquello que no te dije
está flotando en el aire
impidiéndome respirar
y tú estás respirando dentro y fuera de mi
la angustia incrementa
la espera se hace intermitente
tu recuerdo en disgregación
se aleja como en un deja vu.
Siento tu soledad y me duele
siento tu desorden mental y me acelero
siento tu aliento
reduciendo la habitación
y es imprescindible
indagar con mi lengua en tu sonrisa falsa
buscando algo tuyo
cuando las luces brillaban
y el mar se agitaba sobre nosotros
bañándonos de perpetuidad.
Ese tú que vive en mi
crece aunque trato de aplacarlo
ese tú que alimento
quiera o no
con rabia y caricias
descansa esperando nacer
a un mundo en que respire libre
y deje de sentirse pequeño
más pequeño que el espacio que me concedes.
Y ese espacio que me concedes
se retuerce como gato callejero
preguntandose
si le dejas poner casa en tu pecho
si le das tu atención
o se seca al viento
hambriento de tus respuestas
que nunca son lo que parecen
y siempre quedan en absoluta oscuridad.
...
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