viernes, 29 de abril de 2011

Hasta los huesos


Creo que fue ese fin de semana, o tal vés fue uno anterior, pero me parece que fue ese,
el último o el primero. El último, al fin y al cabo debió serlo.
Que hubo una especie de serenidad falsa en mi que ocultaba la necesidad de arrancarme un poco la piel para destapar el dolor que yacía adentro.
Caía la noche, disfrazada de alegría, y yo me deshacía en telas de vestidos y sombreros de colores y maquillaje de juglar, mordiendo la rabia, con un nombre estancado en el paladar.
Y me desplomé sobre la cama a esperar que el sueño me innundara. Pero resultó que, no recuerdo cómo, comenzó a sonar Dust in the wind, y fue tal la impresión que me causó, que sentí como mi cuerpo se disolvía en el aire y huía de la habitación, como polvo en el viento.

No quería volver a sentir eso.

Pero anoche hubo un frio que caló hasta los huesos.
Sentí el otoño en mi cuerpo por primera vez en el año y me puse a tono con él.
Entonces cuando tú llegaste pensaste que estaba triste por algo en particular, te sorprendiste de mi por estar escuchando música que evito escuchar, y por si fuera poco te pusiste a tono conmigo y me llenaste la casa de otoño, del tuyo, ese con vientos remolinados que es capaz de desplomarme metros más abajo del suelo, no se si porque es frio de una tarde imaginaria en el sur al lado de la cocina a leña, sintiendo cómo azota el viento contra las ventanas mientras se pasean los gatos a ronronearle al chiporro de tus botas o simplemente porque es tuyo, por ser un trozo de tu alma, pero un trozo que se parece demasiado a un espacio vacío que hay en la mia... y tú te desconciertas de que me duela el corazón y me cueste respirar, a veces piensas que es otra cosa, pero si pudiera explicarte con palabras, pero para ser un hombre de pocas palabras tú lo has explicado mejor que yo... quizás porque en tu mente hay más notas musicales que letras esbozadas con precisión. Es que cuando escucho la música que me grabaste es como si con ella me hubieses grabado también a mi, y honey, esta canción lo dice todo. Además anoche hacía tanto frío que no quería dejar de abrazarte.






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miércoles, 20 de abril de 2011

You and Me






Y probablemente una chica que se sentó bajo un árbol a escuchar el sonido del viento
nunca se imaginó que ella sería el árbol, y un muchacho de ojos tristes sería el viento.
Y que todos los otoños que la hicieron llorar se transformarían en un sólo otoño, en donde reiría más fuerte que nunca y lloraría tal vez sólo por miedo...o de felicidad.
Quizás porque nunca imaginamos que encontraremos en el camino aquello que andamos buscando, y que lo dificil nunca fue encontrarlo (ya que siempre estuvo ahí, justo en el rincón en donde no miramos bien) si no que lo realmente cuesta es no perderlo. Y aunque perderlo sólo fuese parte del camino... sería muy triste sentarse bajo un árbol a escuchar el sonido del viento, si aquel viento no te hablase más.
Y sucedía además que en todos esos vaivenes de hojas que danzaban sobre su cabeza se escondía el sol a formar figuras multicolores y jugaba con ella a interpretar las voces del bosque... y aun juega con ella a adivinar sonidos, y aun le quema los ojos cuando lo mira de frente, y aquel tibio sol de otoño tiene cabellos de oro mezclado con miel.
Y si despertase mañana, como Alicia, al sentir que las hojas de un árbol caen sobre su rostro, la chica de los sueños dorados que conversa con Céfiro Musicalado, no sentiría que se le ha escurrido el paraiso entre los dedos, porque cuando el viento penetró en su cascarón y le caló hasta los pensamientos, ella no sólo fue árbol, y él no sólo viento, y dejó de existir estación u ocasión, y se transformaron en canción y en un acorde donde sólo cabían ellos dos se volvieron tiempo.
La vida no es nada más que un sueño demasiado largo.
Y esa chica que vive oniricamente, podría despertar una mañana sin poder decifrar la melodía de la brisa matinal, pero eso también sería parte de un sueño dentro de otro, y aun así el sol no dejaría de brillar.
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Prefacio

Que lo que trajo la Luna; no se lo lleve el Viento

Que me responda el sol si cegará mi conciencia con el alba
Si la incendia de un sopetón no me dará ocasión de sepultarla
Que me diga si acaso suspenderá la estación con tu risa
Si te lleva a sembrar silencios después que nos moje la brisa

Que lo que sabe Marte, no se lo calle Venus

Que me permita darte la certeza de un anhelo mundano
Sin verdades a medias tintas ni deseos profanos
Si trae consigo espaldas fuertes para soportar la carga madura
Que sea generosa su espada y de punta filuda

Que se creen Uni-versos para evocarte sin nombrarte

Que se eleve por el Cielo el eco de tu voz dulceamarga
Que se enrede tu cabello en un broche de mi falda
Que silencie tanto ruido que se crea en mi cabeza
Que responda porque tienes el sabor de la belleza

Que no termine de caer la Noche sin tu sombra

Que me traiga las sonrisas que escondí bajo las fotos
Si las cartas no me muestran lo que hay tras de tus ojos
Que Morfeo me confirme lo que dicen las estrellas
Si es verdad lo que me anuncia sobre ti el destino en ellas.

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Fue lo primero y parece que fuera hace tanto.
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jueves, 14 de abril de 2011

Harakiri



Kunisada/Toyokuni III, Onoe Kikugoro III as Oda Nobunaga