En las líneas de tus manos veo reflejado mi terror
Ese que escondí en lo profundo de mi infierno
Como se guardan las certezas calcificándolas en los huesos
Las premoniciones vienen a mi gnosis
Haciéndome recordar que viviré muchos años
Y no tendré oportunidad de regalarte un día más.
Los vórtices de tus palmas reconocen mi sino
Saben fielmente cuanto de abundancia y de carencia
Coexiste en este universo que nos inventaron.
Tus ojos me interrogan buscando salida
A lo que develan los míos sin poder interpretar
El miedo a lo inminente ensombrece mi visión.
Y yo, que nunca pretendí perderme en ellas
Encuentro laberintos interminables de desazón
Mi escudo no es protección suficiente.
Todo deseo es una bestia intransigente
Más aun si su ambición atenta contra las manecillas
Se que las Moiras ignoran las súplicas de los mortales.
Más tarde que temprano vendrán también por mí
Aunque no siento apego por este suelo infiel
A tus piernas y brazos me he aferrado con dulzura.
En las líneas de tus manos veo dibujado mi dolor
Se abren uno a uno los sellos del destino
Y no soy más que un testigo silencioso de su afán.
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