Bendito el tiempo que me dio una canción sin permiso

Hace una semana ya que se cumplió un año.
Un año desde el día más importante de mi vida.
Partí un 23 de junio a las seis de la mañana rumbo al hospital con las contracciones menos dolorosas de la vida, un bolso lleno, el corazón esperanzado, y un miedo de puta madre que me tenía insomne (pintando muebles antes de parir).
Doce horas más tarde estaba abrazada a una camilla dura como roca, fria como la escarcha, con dolores insoportables y unos nervios imposibles, miedo, luego dolor, luego miedo, luego dolor nuevamente. "Estás lista - me dijeron - puja " y yo: "Si eso estoy haciendo!!" y que no que no que "nuevamente" y yo los quería matar a todos. "Ahí viene la cabeza" alcanze a escuchar... más dolor, y luego un "Ohhh" (de ternura colectiva) y el doctor que me dice: "Es un niño!!".
Y en ese momento todo miedo y todo dolor desaparecen y me encuentro con unos enormes ojos azules que me miran reconociendose en mis pupilas, sobre mi pecho, como un cachorrito de león asustado, su corazón latiendo al unísolo con el mio.
Un año ya.
Siento que es imposible describir en palabras lo que este año ha sido para mí.
Desde que él llego a mi vida soy un nuevo ser humano y eso no tiene comparación.
Hace que mis días sean luminosos y que mis noches se vuelvan cálidas y llenas de ternura.
Nada se compara a él... es un ángel.
Vale la pena el esfuerzo, de noches sin dormir, de cansancio, de sacrificio.
Vale la pena la vida por verlo sonreír y ser feliz a su lado.
Valen la pena todos esos años de soledad para caminar ahora juntos y de la mano. :) .