Este silencio grita con nudos de garganta y fuerza desmedida
Grita como ladra el perro y como llora el sauce de cormoranes
Habla con el viento y reniega al destino maldiciendo su suerte
Rebota en el tiempo y vuelve en mosaicos de ecos silentes
Se pudre en mi laringe como la carne a medio lecho en plena muerte
Vomita desiertos, se muerde la lengua y se envenena
Es ouroboros en carne viva entregándose a su condena.
Sigilo desnudo encadenado a su cruz y de cara al olvido
Su propio verdugo amordazado que enfrenta el suicidio
Este silencio blasfemo que no nos pertenece ni en quimeras
Agonizante se vuelve a tu hara y cuestiona tu estratagema
Dime tú si es el ocaso o es la luz de un nuevo día
Dime tú si es el sol que se esconde tras de diana
Si es acaso belcebú conspirando en tu poesía
O el crepúsculo taciturno de tu voz ya sofocada.